jueves, 6 de agosto de 2015

Isaur (Maádinat), Ciudad del Agua

El origen del Imperio Oriental: Isaur

Isaur es una de las ciudades más antiguas e importantes del lore de Black Hands, y una de las regiones más grandes del continente. Situada al Sureste, junto al mar, esta ciudad portuaria es la última gran metrópoli antes de las fronteras naturales que suponen el desierto de Drahara al este, y de las montañas Sangrescarcha al norte, a partir de las cuales comienza el reino de Throvia, las cordilleras Doblespina al Oeste, colindando con Illyria, y con el Mar Lurio al Sur . Más de 3500 km, dos abismos culturales y una media de 3 a 5 meses de viaje separan Isaur de Ravenport, nuestra ciudad protagonista.



La verdad es que no me inspiré en ninguna ciudad en concreto a la hora de imaginarme Isaur. Cuando creé la Hermandad supe que iba a querer una ciudad diferente a Ravenport, oriental, donde una cofradía de asesinos religiosos pudiera tener lugar, donde pudieran haber nacido, fruto de una cultura radicalmente diferente al Gremio. 
El nombre lo cogí prestado de un foro de rol en el que estuve roleando online, Reign of Fire, donde había una ciudad de características similares, y donde también creé junto con otros usuarios una cofradía de ladrones y asesinos parecida a lo que más tarde desarrollé con más énfasis en Black Hands. En sí, imaginé una ciudad muy grande, amurallada, con las típicas construcciones árabes, con esos arcos ojivales y de herradura típicos, muy ostentosos en la parte céntrica de la ciudad, donde encontramos sobre todo casas grandes, jardines y canales de agua comunicados entre sí por diversas fuentes que extraen el agua dulce subterránea que corre bajo las galerías naturales sobre las que se erige la ciudad. Imaginé también los típicos bazares atestados de gente, unas arrebatadoras puestas de sol a la orilla del mar, y humo de cachimbas y quemadores de incienso everywhere..
Cuando jugué por primera vez al Assasin's Creed Revelations y me presentaron Constantinopla, aka Estambul, aluciné en colores al darme cuenta de que era tremendamente parecida a la imagen mental que tan burdamente me había hecho de Isaur. Así que añadí detalles de la ciudad que había visto en el AC con todo lo que ya había imaginado, y lo poco que esta humilde persona sabe sobre la cultura árabe y oriental.




Geografía y climatología

La nación de Isaur es casi un 60% tierra desértica. El tipo de desierto que encontramos es del tipo arábigo, de tierra llana y seca, que poco a poco se va volviendo arenosa a medida que avanzamos hacia el este, de manera que también va descendiendo la población. Encontramos a menudo formaciones rocosas por la zona del norte, cerca de las montañas, y algunas en el sur. La parte oeste posee algunos bosques, y se vuelve más verde a medida que se acerca a las montañas y a la influencia del río Nahr. La mayoría de la población se concentra en pequeños pueblos y villas alrededor de esta zona, donde se cosecha la mayor parte de los recursos del país; o directamente en la capital.


Normalmente hay tres estaciones principales en Isaur. En verano, la estación seca, nunca llueve y las temperaturas durante el día son terriblemente altas, y por la noche contrastadamente frías, aunque en la zona de la costa y en la boscosa, este efecto se mitiga notablemente. Según va llegando el invierno, se acerca una estación caracterizada por un frío seco y escarchado especialmente duro en el norte, pero en la que no suele nevar, y que se marcha con una serie de lluvias torrenciales que pueden durar de dos a tres meses, y que son la clave que llena los depósitos de agua subterránea que luego alimentan las cosechas y a la población. También tienen algo de ganadería y cultivo de secano.


Isaur es una ciudad principalmente costera. Tienen un puerto enorme, y unas playas de envidia, inmensas, largas, de arena blanca y agua transparente, casi hasta donde alcanza la vista. Y por ende, unas impresionantes puestas de sol.




Cultura, costumbres y religión

La cultura isaurí se parece al concepto genérico que tenemos de las culturas del medio oriente. La religión mayoritaria es el javhismo, o culto al dios Javhá (que viene a ser lo mismo que Alá), y que ellos llaman nes'gül (sin nombre) o simplemente "dios", ya que nombrarlo o escribirlo está prohibido, así como hacer o recrear imágenes de él que no sean símbolos o palabras. Normalmente los "jueces" de la nación son también los guías espirituales de la misma. Los kahims (serían como los imanes), son los sacerdotes y guías espirituales del pueblo. Tienen cierto peso político, y son los encargados de oficiar rezos, festividades, etc... En las mezquitas de las ciudades y los pueblos, a las que todo el mundo está, en teoría, obligado a ir. Aunque en la capital, es bastante normal que la gente no sea precisamente una devota practicante, y el seguimiento de la fe sea un poco más floja que en el resto del país. Permiten las bodas polígamas, siempre y cuando sea el hombre el que pueda tener varias esposas. Entierran a sus muertos, consideran la quema de cadáveres un sacrilegio.


En general sus gentes son hospitalarias, tendentes a ofrecerte un techo y ayuda a los que la necesitan. Son muy educados y respetuosos, siempre intentan honrar a sus huéspedes y nunca importunar a nadie con comentarios indebidos o con situaciones comprometidas. Buenos trabajadores, grandes filósofos, pensadores, escritores, artistas y artesanos. Tienen un buen concepto de la higiene y la limpieza, les gusta mostrar sus hogares siempre ordenados, aunque tengan poca cosa, porque se considera que así se respeta a las visitas.
No son nada honestos por cultura, tienden a decir lo que los demás esperan oír de ellos, y a guardarse en privado lo que realmente creen. De hecho son muy celosos de su privacidad, nunca suelen dejar que los asuntos personales o familiares se hagan públicos, porque consideran las habladurías una deshonra. Sobra decir que tienen el honor y el respeto casi por castigo.


Aunque fuera de la capital no se vive mal, y los índices de pobreza no son tan altos, en la ciudad realmente son muy pocos los que viven realmente acomodados. Las familias nobles y los burgueses que han logrado regentar y llevar sus propios negocios pueden tener una vida próspera y cómoda. Pero el porcentaje más amplio de su demografía, es muy pobre, y se afinca en los barrios viejos y destartalados del extrarradio, cerca de las murallas, en casas de madera, o incluso viviendo en las calles. Isaur tiene un índice de criminalidad bastante alto, especialmente en lo que se refiere a ladrones, bandidos de la estepa y asaltantes de la más baja calaña. La desesperación mueve a la gente a robar, matar y atacar con tal de sobrevivir otro día. Además, desde que ha llegado la tenebra a Isaur, mucha gente muere y las calles se llenan de cadáveres y gente delirante a la que no se le ofrece tratamiento alguno. También hay un alto índice de orfandad.

Las gentes de la capital toleran mucho más a los extranjeros que las gentes de los pueblos fronterizos o de las regiones más alejadas. Principalmente porque en la ciudad, debido al enorme tránsito portuario, están más que acostumbrados a ver gentes de casi todas partes del mundo, mientras que en las afueras, ver a gente de otras culturas suele ser raro y no deja de haber cierto prejuicio, especialmente con la gente de Throvia, o con los del otro lado del Lurio.




Política y Jerarquía

La región Isaur está gobernada siempre por un Sultán, que es el mandamás máximo en todo el país. No obstante, una sola figura no es suficiente para mediar en todas las regiones. Por ello el Sultán delega su autoridad en los Jeques, que vienen a ser algo como pequeños señores feudales que rigen los pueblos colindantes y se encargan de mantener el orden y de recaudar los impuestos pertinentes. De hecho, la ciudad de Isaur es tan grande, que está dividida en cinco barrios diferentes, todos regidos por un Jeque diferente.
Cada X tiempo, los Jeques de la ciudad y de las otras regiones se reúnen con el Sultán, y discuten los asuntos de estado. Normalmente todo se hace por votación y consenso, aunque el Sultán siempre tiene la última palabra, apoyado por supuesto por sus visires.


Los mohared, son los miembros de guardia del Sultán, y se dividen en diferentes jurisdicciones, liderados por un Capitán al servicio de cada Jeque. No obstante, los Generales están bajo las órdenes directas del Sultán, y tienen pleno poder y potestad para reunir a todos los efectivos y controlar a todas las milicias según sus órdenes. De hecho el ejército isaurí es uno de los más poderosos del continente, después del throviano, y sus soldados son conocidos por ser honorables, patriotas, leales hasta la muerte y temibles en batalla.

El cargo de Sultán es vitalicio y hereditario. Normalmente no suelen haber problemas siempre y cuando haya un heredero legítimo. Las mujeres no pueden gobernar, así que lo usual en el caso de que el primogénito sea mujer, es que el Sultán la despose desde joven con algún joven heredero de uno de los Jeques isauríes. El problema suele venir cuando el Sultán muere sin dejar herederos. En teoría el Visir Real ostenta el puesto del Sultán hasta que las votaciones entre los Jeques y los líderes religiosos llegan a un consenso (sobra decir que hay un tráfico impresionante de dinero e influencias para comprarse los votos unos a otros); y que se arma la de San Quintín entre los Jeques para disputarse el poder cuando no se llega a un consenso a corto plazo. Por este motivo, no es extraño que cada vez que muere un linaje real, se produzcan guerras civiles que mantienen a los pobres, pobres, y a los ricos, ricos.


En cuanto a política exterior, Isaur mantiene buenas relaciones con casi todos los reinos del continente, especialmente con Illyria, y de forma bastante rozada con Throvia. La belicosa región norteña ha ansiado durante siglos conquistar el sur y hacerse con el suculento punto estratégico y económico que supone Isaur. Así que las dos naciones han entrado en conflicto muchas veces, y las guerras entre ellos suelen ser brutales y bastante destructivas. Por suerte en las últimas décadas, los pactos comerciales parecen haber dejado los conflictos en tablas, y una afilada paz se respira entre ambas naciones.


Distribución y lugares de interés

Están las ciudades de plano irregular, y luego está Isaur. Sus calles son un despropósito laberíntico, sin orden ni concierto, en el que sólo saben encontrarse aquellos que viven allí. Isaur se va expandiendo dentro de sus murallas, y la gente construye y se afinca en sus entrañas como bien puede. Quitando la parte céntrica, más abierta y algo más organizada gracias a las estructura más antiguas; el resto de la ciudad es un caos soberano de calles, callejuelas, lugares sin salida, a rebosar de tiendas, gente, más tiendes y más gente.
La muralla de Isaur tiene tres puertas: al norte, al este y al oeste; ya que el gran muro muere al llegar al mar. Ambos lados de las murallas terminan en un alto faro que se prende cada noche y en los días de niebla. Al anochecer las puertas se cierran, y no se abren hasta el alba, si no se lleva un salvoconducto firmado por alguna figura de autoridad.

Isaur está dividida en cinco barrios principales:


  • Casco Antiguo: Es el único que no tiene índices altos de pobreza, porque casi toda la nobleza y la alta burguesía reside aquí. Las casas de piedra y los grandes jardines rodean el Palacio del Sultán, y se encuentra la Gran Mezquita, los Jardines Reales y las Caballerizas del sultán.
  • Barrio del Zoco: Al oeste, llamado así porque es el lugar donde se concentran más tiendas y donde se encuentra el Gran Bazar (subterráneo). Comunes son los mercados en este distrito, y es donde se encuentran la mayoría de los artesanos que venden y enseñan sus artes. Reseñables, obviamente el Gran Bazar, la Casa de los Baños, la taberna de la Sierpearena y la cantidad incontable de tiendas disponibles.
  • Barrio del Puerto: Al sur, el propio nombre lo dice. Es la zona cercana al puerto, junto al mar, por lo que abundan los puestos, las tabernas y las casas de contratación. Especialmente reseñables son los muelles, por lo obvio, los prostíbulos, el Cuartel General de la Guardia, y la taberna de marineros El Erizo Escorpión.
  • Barrio de las Letras: Al este. Conocido por albergar la madraza (universidad) y la biblioteca de Isaur. Lugar más bien poco residencial, la gran mayor parte de los edificios son públicos, o de empresarios que permiten la entrada al público. Hay muchas ruinas y edificios semiderruidos por el tiempo y las guerras. También en este lugar se aloja la banca. Famosos son aquí los Jardines del Agua, el antiguo Circo, la Madraza, la Biblioteca y el Banco de Isaur. 

  • Barrio de las telas: Al norte, debe su nombre a que las calles están llenas de telas y sedas que se cuelgan al aire para secarse y teñirse, y que logran aportar algo de color a uno de los barrios más pobres de la ciudad. Generalmente aquí residen las personas que trabajan en los astilleros, o a las órdenes de algún capataz, o familias de mineros que se ausentan durante meses para poder llevar algo de dinero a casa (si vuelven). Lugar de casas bajas y callejuelas llenas de alfombras, dispuestas por los propios sin techo. Destacable especialmente el Cementerio.



Avances y economía

La economía de Isaur se sostiene sobre la importación y exportación de telas, alfarería y orfebrería, y en una amplia gama de productos derivados del mar y de sus exóticas cosechas. Pero sobre todo, sobre su importante puerto comercial. Isaur es la última ciudad grande que comunica occidente con las tribus y los pueblos lejanos del Este, inalcanzables por tierra debido al desierto que los separa, y por la estepa norteña plagada de montañas y caminos intransitables. Todas las mercancías, y las personas, viajan casi exclusivamente por mar, y por ello Isaur es una de las paradas obligatorias para todos los comerciantes que mueven sus barcos a través del Lurio.



Isaur es conocida también por ser una gran potencia a nivel de pesca, y por sus minas de oro y piedras preciosas, destacando sus minas de diamantes rojos y carbón al norte. Sus avances en extracción están a la vanguardia del progreso, así como su tecnología naval y de travesía (astilleros). También son expertos agricultores, y poseen técnicas de cultivo que, aunque antiguas, nunca fallan y les permiten sacar productos de un suelo tan difícil como puede resultar el desértico.
Su ganadería es especialmente aviar, caprina y equina. De hecho los caballos isauríes son considerados los más hermosos y caros del mercado, y además resultan ser buenos corceles de guerra.



Destacables son también sus conocimientos a nivel de ciencias: biología, astronomía, química, física, etc... Especialmente destacable sus conocimientos sobre medicina, aunque irónicamente, no hay demasiados médicos bien formados (llamados galenos)

A pesar de su prosperidad, debe admitirse que Isaur es una de las ciudades menos avanzadas a nivel tecnológico. Aún no ha sufrido los estragos de la industrialización, dejándose ver ésta tan sólo en las minas y en lo referente a barcos. Poseen ya algunos generadores eléctricos, pero éstos sólo están a disposición de algunas villas aisladas que pueden permitirse el lujo de poder encender una bombilla. Menos del 1% de la población tiene acceso a la electricidad, el resto sigue viviendo a base de velas y lámparas de aceite, incluyendo las calles. Las últimas novedades son, sobre todo, de corte arquitectónico, pues desde hace cosa de medio siglo, por fin la ciudad goza de un buen sistema de alcantarillado que recorre la ciudad bajo el suelo.



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