viernes, 8 de mayo de 2015

Ley Gubernamental nº306

1. Cualquier tipo de propaganda, música, anuncio o actividad contra nuestro Gobierno queda prohibida y será penada por la ley.

En una ciudad como Ravenport, dirigida por un régimen autoritario y fuertemente militarizado, sobra decir que cualquier cosa que lo contradiga se considera un delito, cuanto menos, grave. Las actividades grupales y las coalicciones están muy vigiladas y controladas, motivo por el cual cualquier tipo de reunión "no autorizada" se tacha casi en seguida de sospechosa. La paranoia de terrorismo y de posibles sublevaciones contra el Gobierno hace que los guardias tengan la excusa perfecta para imponer la autoridad con violencia, y pata encontrar "rebeldes" casi en cualquier sitio.

2. El Gobierno reconoce al Único como Dios verdadero. La adoración o práctica devota hacia cualquier otra deidad, culto o imagen se condenará como herejía.

La religión puede que sea una de las mejores herramientas de control de masas que hay, y el Gobierno sabe cómo utilizarla. A través de la fe y del miedo a la herejía convierte a esta iglesia en su aliada, y encuentra en los Grabados una inagotable fuente de denuncias anónimas y acusaciones de sospecha entre los propios ciudadanos, convencidos de que entregar a los herejes a la justicia es un acto de buena fe. Además así pueden coartar la libertad de credo, y mantener mejor conducido y más dócil al pueblo, que creerá, básicamente, en lo que el Gobierno le diga que crea.

3. Todos los ciudadanos respetarán el toque de queda: desde las 10 de la noche, hasta las 6 de la mañana.

Una norma básica para limitar y controlar los movimientos de la población. Así también se minimiza el porcentaje de reuniones clandestinas y posibles agrupaciones potencialmente sospechosas entren los ciudadanos. Cuando tocan las campanas del toque de queda, las puertas de la ciudad se cierran, y los pelotones de la Guardia patrullan las calles. Sólo las prostitutas y unos pocos tienen permisos o han hecho tratos para poder estar de noche en la calle. Claro que no todo el mundo elige la  manera legal de salir mientras la ciudad duerme.

4. Por motivos de seguridad pública, sólo la Guardia y los miembros autorizados de la Brigada podrán portar y utilizar armas, o incluirlas en implantes biotecnológicos.

Por supuesto, si pretendes mantener dócil y sumiso al pueblo, lo primero es mantenerlo desarmado. Aunque cualquiera que pueda pagar un buen soborno puede permitirse tener una espada en su casa, desde luego las armas más precisas o de mejor calidad son difíciles de conseguir. Y las armas de fuego, aunque existen, son escasas porque hace relaticamente poco que se comercian. Ni qué decir tiene que los implantes armados sólo los patrocina la Guardia, por lo que es realmente difícil conseguirlos y mantenerlos.

5. Queda prohibida la compraventa de ningún tipo de producto, bien o servicio sin las licencias pertinentes.

La ley de comercio y compraventa es bastante estricta en Ravenport, algo lógico teniendo en cuenta que es una ciudad fuertemente comercial y que es uno de los puntos clave de las rutas navieras de la costa oeste de la región gracias al río. Conseguir un permiso de comerciante es tan caro como difícil. Y además cada vez el Gobierno tiene una excusa para inventar y exprimir nuevos impuestos. Quizá también por ello es normal que haya tanta economía sumergida y el mercado negro sea tan poderoso a la hora de mover el dinero de la ciudad.

6. La Guardia de la ciudad tiene plena potestad para hacer cumplir la ley, en su labor por mantener la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.

Es decir: en la calle, la Guardia manda. Realmente este órgano militar es visto con miedo, respeto y a veces incluso odio, por parte de los ciudadanos de Ravenport. La tiranía del Gobierno se respira a través de aquellos que portan sus espadas y constituyen la mano armada. Esta ley significa, en resumen, que si te enfrentas a la Guardia, llevas las de perder. Ellos son la autoridad, son la ley, 

7. La posesión de cualquier tipo de material censurable se considerará un acto de herejía, y será juzgado como tal.

La lista de control opresivo se sigue engrosando. Ya no es sólo dónde y cuándo va a la gente, cómo se defienden, a quién tienen que obedecer, o en qué tienen que creer. Ahora también se controla qué es lo que pueden saber y aprender. La literatura, el arte, la música, las noticias... TODO está censurado, sesgado por el interés del Gobierno. Y obviamente, comprar, guardar o conservar material criticable en ese sentido, se considera un acto de traición.

8. Todos los infectados por la tenebra deberán ser trasladados a las zonas de cuarentena, para ser tratados debidamente sin poner en peligro la salud pública.

La rápida y vírica expansión de esta enfermedad ha puesto en alerta roja al Gobierno y a los ciudadanos. El desconocimiento sobre la tenebra, su contagio o su posible, aunque de momento inexistente, cura; hace que por ley, todos los enfermos sean aislados en guetos especializados en los que reciben tratamiento y tratan de sobrevivir a la enfermedad sin poner en peligro a nadie. También así es más fácil darles una muerte rápida y digna en el caso de que la enfermedad avance por un camino indeseado...

9. Todos los ciudadanos supervivientes de tenebra deben presentarse una vez al mes en el Cuartel General para donar su dosis de sangre pertinente, para ayudar en la investigación de esta enfermedad.

Derivada de la anterior, la ley obliga a todos los Umbrados que donen una dosis de sangre al mes para ayudar a encontrar la cura para la tenebra. Se supone que si ellos han conseguido sobrevivir, entonces en su sangre está la clave. No obedecer esta ley no sólo es un delito, sino que además provoca verdaderos debates morales entre aquellos que promueven la búsqueda de la cura a cualquier precio, y la gente más conservadora o religiosa. Los primeros creen que la investigación es la clave para entender y solucionar tan tamaño problema. Los segundos, que experimentar con Umbrados es como jugar a las palmas la herejía, pues la tenebra mata o convierte en monstruos a los que la padecen, y ellos son seres que se quedaron a medio camino, y por ende, han sido tocados por el pecado y por el mal. Todo estupendástico.

10. Los delitos de robo, piratería, herejía, traición y asesinato, así como de complicidad con los mismos, se sentenciarán sin derecho a juicio rápido.

Esta última norma se introdujo hace poco. Es la forma del Gobierno de combatir a los delincuentes, y a todos aquellos que amenacen la estabilidad de su régimen autoritario. Los juicios rápidos son aquellos en los que las pruebas directamente dictan la sentencia, y si en 24 horas no se encuentra una prueba sólida que refute las que están en contra, directamente se pasará a aplicar la pena sin remisión. El acusado no tiene derecho a abogado, ni testigos, ni a ser juzgado por un tribunal. El juez es el que tiene la primera y última palabra para decidir su suerte. La condena no siempre tiene que ser  la muerte, pues depende del delito cometido. Aunque hay quien dice que esa sentencia es la más misericordiosa comparada con otras.

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Por supuesto, éstas no son las únicas normas que rigen Ravenport. La ley es mucho más antigua, y reglas sociales nuestras son aplicables al juego (son cosas de cajón). Pero no voy a redactar tooooooooooooodas las leyes de La Ciudad y el Gobierno, porque esto es un juego, no una oposición.

La Ley Gubernamenal 306 es la última "adaptación" que el nuevo Gobierno ha implantado en Ravenport, y es lo más importante que los personajes tienen que saber. Por lo demás, imaginad una ley estandarizada en líneas generales teniendo en cuenta la época. Chimpún.

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